Recibe Las Palmas al Athletic en un estado de euforia contenida tras el buen nivel mostrado por los canarios en el último partido de Liga. El conjunto amarillo superó con claridad al Málaga con grandes actuaciones de jugadores llamados a liderar al club esta temporada como Jonathan Viera, Calleri o Remy. A falta de que Vitolo se recupere de sus molestias físicas y se una a la causa, los de Manolo Márquez comienzan a apuntar maneras, de tal forma que serán los próximos partidos los que definan a qué pueden aspirar en la presente temporada. La permanencia parece un objetivo demasiado humilde y conformista, por ello el conjunto insular debería comenzar a mirar de reojo otras ambiciones como los puestos europeos.
Mimbres tienen de sobra, sobre todo en fase ofensiva, donde cuentan con cuatro hombres de primer nivel y con prestigio a nivel continental. La marcha de Jesé o Boateng no ha afectado a los planes del equipo, que mantiene su idea de juego aunque intenta paliar las lagunas defensivas que mostró el año pasado con Quique Setien al mando. Sin embargo, este problema no se basa en conceptos sino en calidad de los futbolistas que integran la zaga. El equipo ha invertido muchos millones en ataque y pocos en la retaguardia, y eso es algo que se aprecia durante los partidos.
El Athletic de Bilbao, por su parte, viaja a Gran Canaria con la intención de mantener la dinámica positiva de los dos últimos encuentros. El Cuco Ziganda ha conseguido meterse en el bolsillo a la exigente afición de San Mames por su estilo sobrio, directo, intenso y tan característico en la idiosincrasia del club vasco. Así, mientras los hombres de arriba sigan marcando las diferencias los problemas tardarán en llegar. Sin embargo, preocupa que Aduriz o Raúl García comiencen a bajar el nivel dada su avanzada edad y el gran número de partidos que deben disputar cada temporada.