El derbi valenciano llega en un buen momento para ambos equipos, que afrontan una nueva e ilusionante etapa en la élite del fútbol español con plantillas compactas y con entrenadores que tienen muy claro a qué juegan.

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Marcelino, en el Valencia, es el mejor ejemplo de pragmatismo y sobriedad. Sin grandes alardes, su equipo ha sabido romper con el caótico pasado reciente y ahora encara con optimismo una campaña en la que el objetivo es volver a competición europea. Para ello, la directiva che ha realizado un esfuerzo importante en el apartado de fichajes incorporando a hombres importantes a nivel continental como Murillo, Kondogbia, Andreas Pereira o Gabriel Paulista o Guedes. Así pues, con un once prácticamente en el que Zaza y Rodrigo representan un incordio para cualquier defensa rival, los valencianistas llevan al estadio del Levante con ganas de dar un puñetazo sobre la mesa, demostrando que siguen siendo el mejor equipo de la comunidad autónoma.

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Los granotas, por su parte, están acostumbrados a vivir a la sombra de un gran club en la ciudad y dejan atrás orgullos particulares para centrarse en lo práctico, en lo útil. En la mente de Muñiz no hay otra idea que la de seguir sumando puntos para afianzarse cuanto antes en la categoría y no pasar apuros en la recta final. El equipo levantinista, además, presenta buena pinta y de hecho aún no ha perdido un solo encuentro, situándose en la parte intermedia de la tabla con cinco puntos de nueve posibles. El técnico del club valenciano ha sabido mantener la inercia ganadora que arrastraba el equipo respecto al año pasado y, cambiando pocas cosas en el mercado veraniego, ha conformado un bloque que sabe competir e incluso llevar la iniciativa en los encuentros, tal y como demostró la semana pasada en el estadio Santiago Bernabéu arrancando un empate al vigente campeón de la Liga.

El partido más interesante de la jornada es el que tendrá lugar este sábado entre Real Madrid y Sevilla en el estadio Santiago Bernabéu. El conjunto madridista llega a este encuentro como flamante finalista de la Liga de Campeones y la misión de Zinedine Zidane es la de contener toda esa euforia con el fin de dar un paso de gigante hacia el título de Liga. Los blancos tienen una oportunidad histórica de conseguir un doblete que los erija como el mejor equipo del mundo, rompiendo la hegemonía del Barcelona en el campeonato doméstico y dando un golpe sobre la mesa ante la estupefacta mirada de los muchos críticos que tiene el club merengue.

Pero para ello es obligatorio conseguir al menos un empate frente al conjunto andaluz, equipo contra el que los madridistas han contado con suerte dispar. El cuadro hispalense ha encajado grandes goleadas en el coliseo madrileño, pero también ha aguado la fiesta en varias ocasiones a los de la capital, por lo que este encuentro está marcado en rojo en el calendario de los de Concha Espina y también en el del Barcelona, que sueña con una victoria sevillana que cambie radicalmente las cosas en la tabla clasificatoria. Así pues, el técnico francés aparcará las rotaciones y alineará a sus mejores hombres a pesar de que los teóricos suplentes han conseguido victorias clave esta temporada, permitiendo que Ronaldo, Benzema, Kroos o Modric descansasen en multitud de encuentros. Esto ha propiciado que todos ellos lleguen al tramo final de la temporada en plena forma, algo que va a ser muy importante en los cuatro partidos que le restan al club blanco.

Los de Nervión, por su parte, se juegan poco ya que la tercera plaza parece imposible, mientras que la cuarta ya está prácticamente asegurada. Así las cosas, la motivación del club de la ciudad de la Giralda es la de destrozar los sueños de un rival con el que la empatía y la simpatía son nulas.