Sigue sumando el Elche, que ha conseguido cuatro de los seis últimos puntos en juego y que sueña todavía con alcanzar los playoffs de ascenso a pesar de que las seis primeras plazas quedan a seis puntos de distancia. Los de Toril no se rinden y a pesar de la inconsistencia que han mostrado durante toda la temporada se mantienen en la brecha. Una victoria este fin de semana en el estadio Martínez-Valero, de hecho, sería un paso de gigante que apretaría las tuercas a los equipos de la parte alta de la clasificación y que permitiría soñar a la afición franjiverde. Túñez, Fabián, Álex Fernández, Nino, Borja Valle o Hervias, todos ellos con experiencia en Primera división, han mostrado un acople y un entendimiento que no se vio en las primeras jornadas de la segunda vuelta y que puede ser decisivo en este tramo final de la temporada.
El Zaragoza, por su parte, prescindió de Raúl Agné y son ya tres los entrenadores que se han sentado en el banquillo del club maño. Ahora será el turno de César Laínez, hombre de la casa que conoce el vestuario y que intentará levantar la moral de los suyos. El equipo se encuentra en una situación delicada ya que el descenso está a tan solo dos puntos, por lo que es preciso provocar una reacción entre los hombres fuertes de la plantilla aragonesa. Cani o Zapater, que jugaron junto a Laínez en el equipo, deben dar un paso adelante y tirar del carro para evitar que el fantasma de la Segunda B sobrevuele por el estadio de La Romareda. En ataque, además, jugadores como Ángel o Lanzarote tienen que volver a ser decisivos tal y como sucedió a comienzos de temporada, y eso es lo que buscará el nuevo técnico, apaciguar los ánimos en el vestuario y hacer que las cosas vuelvan a funcional desde el buen rollo.