Son Rayo y Lugo dos equipos que, aunque tarde, han conseguido reaccionar y reponerse a la irregularidad y a los tropiezos que en ocasiones desilusionaron por completo a sus respectivas aficiones. Numerosos aficionados gallegos renunciaron a los playoffs tras varias derrotas, y no pocos hinchas madrileños dieron por seguro que su club descendería a Segunda B tras una tanda de malos resultados para el club de Vallecas. Sin embargo, y contra todo pronóstico, ambos clubes siguen vivos y pelean por lograr el objetivo marcado a pesar de no contar precisamente con las plantillas más equilibradas del campeonato.
El diseño del plantel que hizo el club de Madrid fue pésimo, de hecho, y es que la directiva decidió apostar por los mismos jugadores que habían sido incapaces de salvar al equipo del descenso en Primera división. Esto dio lugar a un ambiente enrarecido en el que todos se culpaban, haciendo la situación insostenible para técnicos como Sandoval o Baraja. Por suerte, desde el área técnica se apostó por Michel, hombre de la casa, con margen de maniobra aún por delante. Y el ex jugador de la entidad supo hacer que sus hombres combatieran dejando atrás las rencillas y mostrando toda la calidad que atesoran. Javi Guerra, Miku, Manucho, Embarba o Ebert son jugadores más talentosos que la mayoría de los que militan en equipos de Segunda división, por lo que era cuestión de psicología que diesen todo lo que tenían dentro. Y el plan dio resultado, el equipo se sitúa ahora cuatro puntos por encima de la zona de descenso, encadena cinco partidos seguidos sin perder y en caso de ganar a los gallegos este fin de semana daría un paso de gigante hacia la permanencia definitiva.
Los de Luis César, por su parte, llevan también varios partidos sin perder y se han reenganchado a la pelea por alcanzar los playoffs de ascenso. La sexta plaza queda a tan solo cuatro puntos y la única alternativa que contemplan los futbolistas lucenses es ganar en Vallecas para seguir peleando por conseguir el sueño.