Cinco partidos encadena el UCAM sin perder, sumando tres empates y dos victorias en dicho periodo. Esta buena racha ha servido para que los murcianos salgan de los puestos de descenso en los que llevaban meses inmersos. El cambio de entrenador y la buena gestión que Francisco ha hecho del equipo ha demostrado que trabajando de forma seria y constante se consigue cualquier objetivo. Falta, no obstante, lo más difícil, y es que el conjunto universitario cuenta con peor plantilla que la mayoría de equipos de la Segunda división, por lo que mantenerse fuera de los puestos de peligro no será tarea sencilla. En cualquier caso el descenso se sitúa ya a dos puntos de distancia y sumar este domingo en el estadio Martínez-Valero sería un paso de gigante hacia el objetivo, que no es otro que la permanencia.

El Elche, por su parte, sigue abonado a la irregularidad y eso le está costando perder poco a poco sus opciones de acabar en puestos de playoff. Los ilicitanos no son capaces de encadenar dos resultados positivos de forma consecutiva de tal forma que actualmente se sitúan en mitad de tabla, a cinco puntos del objetivo. Es cierto que la situación económica e institucional del equipo ni invita a aspirar a más, sin embargo Toril hizo un buen trabajo en la primera vuelta y sin embargo 2017 no está siendo un buen año en lo que a continuar con dichas buenas sensaciones respecta. Nino cada vez aparece menos y otros hombres como Álex Fernández, Guillermo o Herviás no son capaces de tirar del carro ni de traducir el buen juego de los franjiverdes en goles a favor. El equipo, en cualquier caso, cuenta con potencial como para revertir la situación y lo bueno de la categoría de plata es que dos victorias seguidas permiten un impulso importante en la clasificación, pero para ello es vital sumar los tres puntos este domingo en casa.

El Nastic ha demostrado en la temporada y media que lleva en Segunda división que es capaz de lo mejor y de lo peor, y que mientras se mantengan en la categoría de plata del fútbol español, la emoción no faltará. Los de Tarragona tocaron el ascenso a Primera con los dedos de la mano la campaña pasada, y meses después se vieron hundidos en la clasificación sin ser capaces de ganar más de un encuentro en los primeros veinte partidos disputados. El equipo parecía finiquitado y la Segunda B era su destino ineludible, hasta que Merino llegó al banquillo catalán en sustitución de Moreno. Desde entonces los tarraconenses han dado un nuevo vuelco a la situación y actualmente encadenan tres victorias consecutivas y cuatro partidos seguidos sin perder. La salvación ha pasado de utópica a factible en apenas un mes, y hombres como Achille Emana o Sergio Tejera lideran con mano de hierro un equipo impredecible en el que lo único seguro es que rendirse no es una opción.

El Sevilla Atlético quiere pinchar la burbuja de su rival para ahuyentar los fantasmas del descenso que hace poco sobrevolaban a los de Catalunya y que ahora parecen buscar otras víctimas con menos fuerza de voluntad, como podría ser el conjunto andaluz. El filial sevillista ha recorrido el camino inverso al de su próximo rival ya que hace escasas semanas se encontraba peleando por entrar en los seis primeros puestos, mientras que ahora, tras tres partidos consecutivos sin ganar, la ilusión ha desaparecido y la desesperación comienza a hacer mella entre las jóvenes promesas hispalenses. La recuperación de Borja Lasso, por tanto, es una gran noticia para que el equipo recupere el rumbo ya que desde que el atacante se lesionó los tropiezos se acumularon y la zona baja de la clasificación comenzó a aparecer amenazadora en el lejano horizonte.