Se lo juego todo el Mirandés en esta jornada y se juega mucho el Nástic. Ambos afrontan el tramo final de la temporada inmersos en la pelea por no descender y necesitan sumar puntos en gran parte de los encuentros que restan de aquí a junio.
Las urgencias de los burgaleses, como se sabe, son mayores ya que se mantienen en el último puesto de la tabla desde hace meses y han contado ya con cuatro entrenadores en lo que va de campaña. Sin embargo, Pablo Alfaro parece haber llevado tranquilidad, intensidad y motivación a las filas de los castellanoleoneses, que tras ganar al Alcorcón por dos goles a cero en Anduva la pasada jornada se sitúan a cinco puntos de la salvación. El mítico ex central del Sevilla ha transmitido toda la garra que le caracterizaba como jugador a sus pupilos, que ahora son otros y que comienzan a imponer su calidad en los partidos. No era normal que hombres con talento como Urko Vera, Guarrotxena o Alex García pasasen desapercibidos jornada tras jornada, pero han logrado despertar y ahora buscan situarse a tan solo dos puntos de su próximo rival.
Y es que los tarraconenses llevan toda la temporada subiendo y bajando puestos en la clasificación, ganando cuando las cosas se ponen feas y perdiendo en los momentos en los que los tres puntos les podrían haber metido de lleno en la zona tranquila de la tabla. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana el equipo tropezó en Mallorca en un encuentro que podría haber sido decisivo. En cualquier caso, el equipo dirigido por Juan Merino sigue teniendo un margen de maniobra considerable y si se alzan con los tres puntos en Tarragona este sábado darían un paso de gigante hacia la consecución del objetivo, sobre todo después de lo mucho que la afición sufrió en la primera vuelta.