Son Eibar y Levante equipos que llegan a esta jornada con una losa encima en forma de malos resultados, que les exigen reaccionar cuanto antes si no quieren verse inmersos en puestos de descenso a final de temporada. Los armeros, de hecho, están empatados a puntos con el antepenúltimo clasificado y son ahora mismo una sombra lejana de lo que fueron la temporada pasada. Mendilibar debe encontrar cuando antes el problema y emitir un diagnóstico para recuperar a sus futbolistas. La hinchada de Ipurua, de hecho, comienza a expresar cierto hartazgo ante la impasibilidad y el pasotismo que están mostrando hombres tradicionalmente tan comprometidos como Escalante, Enrich, Capa o Ramis.
El principal arma de los vascos en los últimos tiempos ha sido su intensidad, su brega y su pundonor. Estas cualidades, al servicio de un gran entrenador como Mendilibar, hacía funcionar al equipo y permitía que cualquier jugador recién fichado cayese de pie y rindiese desde el minuto uno al entrar en el once. Eso tampoco está sucediendo con incorporaciones como Oliveira o Charles, que no superan el aprobado raspado y que apenas aportan cosas nuevas al equipo.
Los valencianos, por su parte, cuentan con un margen mayor de diferencias respecto al descenso gracias a su gran inicio de temporada, en el que encadenaron varias victorias. Los de Muñiz, no obstante, se han ido desinflando con el paso de los partidos y actualmente suman tres partidos sin ganar, mostrando además serios problemas de cara a gol. Solo Morales parece habilitado para marcar diferencias en ataque mientras que el resto de puntas aportan otras cosas pero no profundidad. Muñiz, de hecho, está rotando en la figura del delantero centro desde la lesión de Roger, a la que se ha unido la de Nano Mesa y el descarte técnico de Boateng, por lo que parece que Álex Alegría volverá al once.