Momentos difíciles los que vive el Betis, equipo que encadena tres derrotas consecutivas y que viene de ser goleado por cuatro goles a uno frente a Las Palmas el pasado fin de semana. Es cierto que los sevillanos no están teniendo fortuna, ni en lo que respecta a los detalles del juego ni tampoco en lo referente a las decisiones arbitrales. Pero el conjunto verdiblanco no está jugando de forma convincente y se limita a afrontar los partidos agazapado en su propio campo, buscando alguna jugada aislada que resuelva la papeleta. A Víctor Sánchez del Amo se le ha agotado el crédito y una nueva derrota podría desembocar en su destitución. Además, se sitúa solo nueve puntos por encima del descenso, distancia considerable que las dudas béticas convierten en insuficiente ya que es posible que a los jugadores del club del Benito Villamarín les tiemblen las piernas en los últimos partidos de Liga en el caso de que la clasificación se apriete aún más. Por ello, es obligatorio ganar el Eibar este fin de semana ante la hinchada para dar una alegría a la afición y de paso diseminar todas las dudas que evitan por el momento que la directiva comience a planear la próxima temporada.
El conjunto vasco, no obstante, no es un rival fácil de batir ni mucho menos. Los de Mendilibar son uno de los equipos más sólidos del campeonato ya que en el cuadro armero cada jugador sabe perfectamente qué misión debe cumplir. La competencia entre los futbolistas de la plantilla, además, es extrema ya que el ex entrenador de Valladolid o Levante ha demostrado que solo concede la titularidad a aquellos que realmente lo merecen. Los de Ipurua son séptimos y deben luchar por alcanzar la sexta plaza si quieren asegurarse un hito histórico para el club, la disputa de competición europea la próxima temporada.