Último partido del Granada en Primera división, al menos hasta 2018, año que la directiva del club nazarí se ha marcado como el del retorno a la élite del fútbol español. Pero antes es preciso cambiar la forma de tomar decisiones y mejorar la gestión de la plantilla, dado el caos que se ha vivido en ese aspecto en la presente campaña. La marcha de Quique Pina y la llegada de un nuevo núcleo de administración dieron lugar a una temporada en el que el desorden, la falta de planificación y los cambios bruscos de dirección han sido el pan de cada día, convirtiendo al conjunto andaluz en el colista de la clasificación.
Pero todavía queda algo de orgullo en las filas granadinas, sobre todo porque Tony Adams está apostando por un grupo de jugadores que a priori seguirán la próxima campaña en el equipo en la división de plata. El club hará un esfuerzo para que Adrián Ramos se convierta en la referencia del equipo, con el fin de convertirlo en pichichi, mientras que diversos canteranos contarán con minutos este viernes ya que formarán parte del primer equipo muy pronto. Así las cosas, sería importante ganar y superar al Osasuna en la tabla para terminar la competición con un buen sabor de boca e iniciar desde ya el trabajo del año próximo con energía e ilusión.
El Espanyol, por su parte, visita Los Cármenes con la intención de acabar octavo, lo que encumbraría a Quique Sánchez-Flores como el mejor entrenador que ha tenido la entidad perica desde que Ernesto Valverde dejó sexto a los barceloneses. La intención de los blanquiazules es mantener el mismo bloque y conseguir una victoria que motive a los jugadores cedidos a seguir en el equipo, véase Piatti o Leo Baptistao. La directiva sabe que el conjunto catalán necesita pocos retoques y, en caso de dar continuidad a este grupo, se podría hacer un esfuerzo incorporando un par de nombres importantes.