Duro rapapolvo el que recibió Las Palmas el pasado fin de semana frente al Athletic de Bilbao en San Mamés. El conjunto canario es un equipo sin alma desde hace ya varios meses y en una temporada con media de puntuación normal por parte de los equipos de la zona de descenso, la salvación no estaría nada clara para el conjunto amarillo. Y eso que los de Quique Setién alcanzaron el liderato en las primeras jornadas de Liga, ofreciendo un fútbol maravilloso e incorporando en invierno a hombres importantes como Jesé o Halilovic. Sin embargo, los problemas en el vestuario entre futbolistas y cuerpo técnico se han traducido en un rumbo errático tanto por los campos de Primera división como en la tabla clasificatoria. Lo que debe hacer la entidad insular ahora es acabar la temporada de forma decente y comenzar a planear la próxima temporada cuanto antes, replanteando cuál es el perfil de entrenador que buscan tras la marcha del técnico santanderino.
El Alavés, por su parte, vive una situación radicalmente opuesta a la del conjunto vasco. Los de Pellegrino vienen de ganar con autoridad al Villarreal en casa y viven en un estado de ilusión continuo tras sellar la permanencia. Además, la final de la Copa del Rey está en la mente de todo hincha vitoriano, que se sabe el once de memoria y que confía en que las victorias ligueras aporten confianza y moral a los jugadores de la plantilla de cara a tan importante evento.
Así pues, en este encuentro hay poco en juego más allá de las sensaciones que uno y otro equipo puede llevar consigo de cara a los últimos encuentros de la temporada. Ambas aficiones acabaran la temporada satisfechas con su equipo, no obstante, aunque tampoco pueden descuidarse un ápice si no quieren llegar al verano con un ligero sabor amargo en la boca.