Sueña la ciudad, sueñan los futbolistas, sueña Sampaoli y sueña la directiva del Sevilla con pelear por el título de Liga hasta las últimas jornadas de la competición. El problema es que para soñar solo es preciso una cama y algo de imaginación, mientras que para conseguir hacer realidad los sueños es preciso dar un paso más y realizar acciones para las que muchas veces no estamos preparados. Y eso es lo que le sucede al club hispalense, que quiere con todas sus fuerzas ponerse a la altura de Real Madrid y Barcelona pero que no puede mantener el ritmo competitivo de los dos grandes, tal y como demostró el pasado lunes empatando frente al Alavés en Vitoria.
En cualquier caso, los andaluces lo seguirán intentando en las próximas fechas, con el fin de desdecir todo el párrafo anterior y con la intención de demostrar que en el fútbol todo es posible. El problema es que el líder se sitúa ya a cuatro puntos, a falta de que el Real Madrid dispute el partido que tiene pendiente frente al Celta. Además, los de Nervión han agotado su cupo de fortuna esta temporada y los goles en los últimos diez minutos de partido han dejado de llegar. Para colmo, algunos miembros de la plantilla comienzan a dar signos de agotamiento ya que la disputa de Liga y Liga de Campeones al más alto nivel de exigencia es un reto difícil de gestionar.
Así pues, el Leganés visita el Ramón Sánchez-Pizjuán en busca de la segunda derrota de los locales esta temporada en su estadio. Los madrileños ya le pusieron las cosas muy difíciles a los de Sampaoli en el partido de ida en Butaque, encuentro que ganaron los visitantes por dos goles a tres, remontando, precisamente, en los últimos minutos de partido.