Sigue jugando bastante mal el Barcelona, que tras recibir la goleada contra el PSG en Liga de Campeones no ha vuelto a ser el mismo. Contra el Leganés los de Luis Enrique no merecieron ganar, y el pasado fin de semana frente al Atlético de Madrid el equipo quedó en ridículo durante muchas fases del encuentro. Los hombres culés son incapaces de dominar el mediocampo, zona en la que tradicionalmente se han mostrado superiores a sus rivales. Sin embargo, el pésimo estado de forma de Busquets e Iniesta ha convertido los partidos del conjunto blaugrana en un correcalles sin sentido en el que Piqué y Messi son los encargados de resolver en ambas áreas. Además, el buen momento de Ter Stegen está sirviendo para salvar los muebles en más de una ocasión, aunque cabe esperar que falle en algún momento y permita que el balón entre, dado el vendaval de ocasiones que los catalanes permiten a sus rivales en cada encuentro.

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El Sporting debería tener opciones frente a los culés, por tanto, dada esta endeblez defensiva. Los de Rubi cuentan con opciones de hacer daño a su rival en el Camp Nou y hombres como Lacina Traoré, con sus dos metros de estatura, son capaces de sembrar el pánico en el área de Ter Stegen. El equipo asturiano, además, suele encontrar facilidades para hacerse con la pelota, algo que visto el momento de forma de Iniesta y Busquets puede arrodillar a los barcelonistas. El problema es que los de Gijón mantienen íntimos lazos con la entidad catalana, y dado que el entrenador puede querer rotar por la acumulación de partidos en esta jornada entresemana, es posible que los suplentes tengan opciones este miércoles, restando por tanto argumentos al fútbol de los gijoneses. Rubi, en cualquier caso, parece un técnico honesto poco dado a las concesiones, de tal forma que su alineación será un misterio hasta minutos antes de que dé comienzo el partido.

Busca el Villarreal su tercera victoria consecutiva tras ganar de forma brillante al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón el pasado martes. El equipo de Fran Escriba se ha convertido en un conjunto práctico, capaz de replegarse y de jugar a la contra con gran peligro. Los castellonenses ganaron de ese modo a la Real Sociedad hace una semanas en un partido clave, y en el Manzanares volvieron a hacerlo demostrando que los tiempos en cambiado para el submarino amarillo.

Atrás queda el juego interior de posesiones largas y pases continuos que siempre caracterizó al conjunto de La Plana. Escriba conoce los problemas que Bruno y Trigueros encuentran a la hora de construir el juego, sobre todo en una temporada que no está siendo nada buena para el primero. Además, la plantilla no cuenta con recambios de garantías para el doble pivote, más allá de Rodri, que es más un jugador de ida y vuelta que un distribuidor de balón. Así las cosas, los valencianos seguirán yendo a por los tres puntos sin que nada más importe, intentando dar caza a Sevilla y Atlético en la cuarta plaza.

El Sporting de Gijón, por su parte, viaja al Madrigal en una situación que cada vez parece más grave para sus intereses. Los asturianos ocupan plaza de descenso y se sitúan a seis puntos de la salvación tras la brillante victoria del Leganés sobre Las Palmas. El equipo de Rubi no ha perdido la esperanza, pero a falta de cuatro partidos para el final parece harto imposible que el club del Molinón se salve de las llamas de la Segunda división. En cualquier caso, para seguir confiando no queda otra opción que ganar en Castellón y esperar que los rivales pinchen, intentando dar algo de emoción a la parte baja de la tabla en esta recta final del campeonato.