Viaja el Athletic de Bilbao a Chipre con serias dudas sobre su nivel de juego después de ganar en la ida con serios apuros a un rival muy inferior, y de perder el pasado fin de semana contra el Valencia, equipo en crisis. A Valverde se le van de las manos las rotaciones muchas veces y su equipo no suele ganar cuando los titulares no están sobre el césped, lo que revela la existencia de una plantilla poco profunda y con falta de recursos. Así las cosas, los rojiblancos lo tienen muy difícil para acabar en puestos europeos la temporada en la competición doméstica y apuestan el todo o nada a la disputa de la Europa League. Por afrontan el partido contra el APOEL con la máxima intensidad, sabedores de que es la única esperanza que les queda en la presente campaña.
Los partidos en los que Valverde rota no suelen acabar bien, sin embargo sí que sirven para dar descanso a los hombres importantes y eso es lo que busca también el técnico extremeño. Aduriz, Williams o Raúl García llegarán descansados a este trascendental partido y buscarán marcar pronto para desbaratar las opciones de los chipriotas. El resultado de 3-2 en San Mamés permite soñar al humilde equipo de la isla del Mediterráneo, sabedor de que cualquier victoria le puede valer para acceder a los octavos de final.
Es vital, por tanto, que un desaparecido Aduriz reencuentre la senda del gol. El punta vasco atraviesa el inicio del fin de su carrera, que bastante ha durado a gran nivel. Sin embargo, y a falta de un delantero de nivel que le sustituya en el presente y en el futuro, los bilbaínos necesitan que cuaje una gran actuación para superar la eliminatoria. Además, otros hombres como Beñat, Laporte o Iraizoz deben hacer valer su experiencia y jerarquía, siendo protagonistas para bien.