Ya llegó Luis Miguel Ramis a Almería para intentar redirigir el rumbo de una nave que inexplicablemente encadena tres años a la deriva. Los andaluces descendieron desde la Primera división y desde entonces no han sido capaces de alejarse de la zona peligrosa en la categoría de plata del fútbol español. Para evitar jugar en Segunda B el año que viene, la directiva se vio obligada a tomar decisiones difíciles como la destitución de Fernando Soriano, hombre que llevaba más de una década en el club y que no ha sido capaz de sacar todo el jugo a una plantilla que por calidad debería pelear por estar entre los seis mejor equipos del torneo.
Así pues, Ramis intentará dar un vuelco a la situación y el pasado fin de semana ya se apreció un cambio considerable a pesar de caer por un gol a cero frente al Levante. Ganar en el Ciudad de Valencia parecía harto complicado dado el buen nivel mostrado hasta ahora por los granotas, sin embargo el club del estadio Juegos del Mediterráneo dio la cara y puso en serios aprietos a los de Muñiz. Ese es el espíritu que pide la afición a los suyos y solo con la máxima intensidad y con algo de suerte de cara a gol el equipo podrá recortar los cuatro puntos que actualmente le separan de la salvación.
El Alcorcón, además, es un rival directo en esta pelea por la permanencia, por lo que el partido de este fin de semana será una final adelantada para ambos contrincantes. El equipo dirigido por Julio Velázquez está a un solo punto de la zona de descenso y cuatro por delante de los andaluces, por lo que una derrota este fin de semana en tierras sureñas pondría al conjunto alfarero en una situación sumamente complicada. El equipo, además, suma siete partidos sin conocer la victoria, racha negativa que está lastrando sus opciones y que debe tocar a su fin cuanto antes.