Ganó el Osasuna su segundo partido de la temporada el pasado miércoles contra el Alavés, y lo hizo a domicilio con un gol in extremis de Berenguer. Esto deja a los pamplonicas a trece puntos de la salvación, distancia que parece imposible de salvar pero que permite soñar y mantener la dignidad a los de Vasiljevic en estas últimas ocho jornadas. Retrasar la fecha en la que el descenso a Segunda división sea un hecho es el objetivo del conjunto rojillo, que solo ha ganado dos partidos en toda la temporada y que difícilmente podrá mantener la dinámica de victorias en este tramo final.

Es curioso que los navarros no hayan ganado aún en El Sadar, estadio que históricamente siempre dio muchos puntos a los locales. La hinchada rojilla aún no ha recibido una alegría por parte de los suyos, de modo que el encuentro de este fin de semana contra el Leganés podría ser la ocasión ideal para conseguirlo. Los madrileños son un rival asequible que podría alargar la racha de los locales, colocando así la primera piedra hacia una remontada en la clasificación que aunque parece utópica, no es imposible.

Los pepineros, no obstante, saben cómo tienen que jugar este domingo ya que un punto significaría mucho para ellos. La zona de descenso está a solo cinco puntos de distancia, por lo que los de Garitano no se relajarán y buscarán la victoria, sin embargo, si ésta se complica o si los navarros comienzan a zarandear el encuentro en busca de los tres puntos, los de Butarque se replegarán atrás en busca de algún contraataque que les permita volver a la Comunidad de Madrid con media salvación en el bolsillo. El equipo, además, viene de cuajar una buena actuación frente al Real Madrid y cuenta con hombres de gran calidad en ataque como Samu García, Alberto Bueno o Alexander Szymanowski.

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Continúa la crisis del Zaragoza, que encadena cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria y que solo ha sumado dos puntos de los últimos doce disputados. Los maños marchan octavos en la tabla y solo el gran inicio de temporada que vivieron hace un par de meses ya les está permitiendo vivir de las rentas y mantener una posición medianamente aceptable. Sin embargo, los problemas de este equipo comienzan a parecer crónicos y ningún técnico está siendo capaz de ponerles solución. Y es que cada temporada los refuerzos importantes llegan, el buen juego aparece y los resultados acompañan, hasta que llega un gran bache, con él las derrotas y posteriormente la destitución de un entrenador que hasta hacía un mes era respetado y transmitía ilusión. Eso sucedió el año pasado con Ranko Popovic y Luis Milla a día de hoy cuenta con un ultimátum frente al Elche este domingo. Cani, capitán del equipo, dejó claro que la plantilla está con el técnico y que un despido sería precipitado, sin embargo la derrota de la pasada jornada frente al Sevilla Atlético abrió serias heridas difíciles de curar.

Todo ello a pesar de que Lanzarote o Ángel atravesaban un dulce momento, dando goles y asistencia por doquier. Además, Cani y Zapater aportaban experiencia y calidad mientras que Xumetra daba profundidad por banda derecha. Sin embargo, de la noche a la mañana las cosas dejaron de salir, las individualidades comenzaron a fallar y la defensa a encajar goles, de tal forma que hasta en trece ocasiones Irureta ha recogido la pelota de entre las mallas de su portería.

Los ilicitanos, por su parte, pretenden ahondar en la crisis maña, buscando al mismo tiempo una salida a su propia mala racha. Y es que el conjunto que dirige Toril lleva tres partidos consecutivos sin ganar y comienza a alejarse de la zona de playoff de ascenso. Aun así, en la pasada jornada empataron a cuatro frente al Nástic ofreciendo una buena imagen pero dejando entrever que la defensa es su principal problema, pues junto al Almería los del Martínez-Valero son el equipo más goleada de la categoría.