Lleva el Huesca jugando finales varias jornadas de forma consecutiva, sin ser capaz en ninguna de ellas de dar el zarpazo definitivo que le permita entrar en los playoffs de ascenso. Los oscenses llevan diez jornadas sin conocer la derrota, y en esa espectacular racha reside su éxito. Sin embargo, los empates han sido numerosos y es necesario conseguir los tres puntos para meterse de lleno en la pelea por el ascenso en este tramo final de temporada.
Así pues, los de Juan Antonio Anquela afrontan otra final este viernes contra el Oviedo en el Carlos Tartiere, y el reto será el de jugar libremente y sin complejos. El miedo agarrota muchas veces las piernas y no permite que los hombres de calidad del club de la Cruz de San Jorge den todo lo que llevan dentro. Especialmente Samu Saiz, jugador al que Cristian, defensor del conjunto ovetense, proclamó hace unos días como mejor futbolista de toda la Segunda división. Es cierto que hay otros muchos jugadores de gran nivel en esta categoría, pero también es verdad que el joven mediapunta se ha convertido en el hombre revelación ya que pocos esperaban que su rendimiento fuese tan grande. Además, se entiende a la perfección con Melero, Araujo y David López, compañeros en el ataque aragonés, y desde luego de él dependen muchas de las opciones de ascenso del club de El Alcoraz.
Los asturianos, por tanto, reciben a un rival bien trabajado y nada sencillo de batir. Los carbayones tienen el miedo de caer y perder su plaza entre los seis primeros clasificados, algo que podría suceder perfectamente ya que solo un punto separa a ambos en la clasificación. Es por ello que el Carlos Tartiere se conformaría con amarrar el empate, algo que no permitirán los visitantes pues deben lanzarse a la piscina de una vez por todas.