No atraviesa su mejor momento el Girona, equipo que ocupa la segunda plaza, manteniendo a sus perseguidores a ocho puntos de distancia y que sin embargo encadena dos partidos consecutivos perdiendo. El conjunto dirigido por Pablo Machín vive actualmente de las rentas y del buen trabajo realizado en los últimos meses, siendo favorecido además por los pinchazos de su principal rival a día de hoy, el Cádiz. Sin embargo, entre la hinchada de Montilivi comienza a escucharse un runrún que no gusta nada ya que hace tres temporadas se vivió una catástrofe en las últimas jornadas de competición que dejó a los catalanes sin opciones de jugar en Primera división de forma directa. Machín era el entrenador y sabe lo peligrosa que puede llegar a ser la desmotivación. En esta ocasión, no obstante, el margen de error es mayor. Es obligatorio, eso sí, volver a sumar de tres en tres y que jugadores clave como Pere Pons, Aleix Granell o Samuelle Longo vuelvan a ser importantes de nuevo en el juego del conjunto gerundense.
El Rayo, en cambio, vive una situación radicalmente opuesta a la de su próximo rival. Los madrileños llevan dos partidos sin perder, sumando cuatro de los últimos seis puntos disputados, y eso les ha valido para tomar algo de aire en la zona baja de la clasificación. Desde que Michel sustituyó al Pipo Baraja al frente del equipo de Vallecas el estado de ánimo de los futbolistas ha cambiado y ahora se mira con optimismo al futuro más cercano. El descenso, no obstante, sigue demasiado cerca y es preciso mantener el mismo nivel de intensidad hasta las últimas jornadas del torneo. Lo positivo es que hombres de calidad y experiencia como Ebert, Trashorras o Javi Guerra han vuelto a ser clave y eso ha servido para cambiar la dinámica negativa del conjunto de la Comunidad de Madrid.