Queda lejos en el recuerdo de la afición pamplonica el partido que su equipo empató en San Mamés contra el Athletic de Bilbao el año pasado. Por aquel entonces Enrique Martín-Monreal era el entrenador rojillo y las esperanzas de lograr la permanencia aumentaban tras cuajar un gran partido en La Catedral. Ahora, tras dos técnicos destituidos y con una sola victoria en su haber, el Osasuna reciba a los leones en una situación sumamente difícil y que parece irremontable. El conjunto navarro es último en la tabla a quince puntos de la salvación y parece contar los partidos que restan hasta que el descenso a Segunda división sea matemático.
Sin embargo, al conjunto de El Sadar le queda todavía mucho que decir en esta competición ya que a pesar de estar virtualmente descendidos, los jugadores del equipo quieren reivindicarse y dar mucha guerra a sus rivales hasta el final. Hombres como Sergio León, Kenan Kodro o Berenguer aspiran a jugar en Primera división la próxima campaña fichando por otros equipos y para ello deben exhibir todo su potencial. Además, los de Navarra no son un equipo que se rinda fácilmente, sobre todo en casa con el apoyo de su afición.
Los de Valverde, por tanto, no lo tendrán fácil en el estadio rojillo a pesar de la baja de Roberto Torres, hombre clave en el esquema de Vasiljevic. El club rojiblanco deberá dar el máximo para sumar los tres puntos si quiere seguir aspirando a la sexta posición, que actualmente ocupa la Real Sociedad. Los de Vizcaya están a solo cuatro puntos de zona europea y por tanto deben ganar para meter presión a sus rivales y provocar el fallo que apriete las cosas en la parte alta de la clasificación. Además, hombres clave como Muniain, Aduriz o Raúl García han tenido dos semanas para refrescar piernas y mente y estarán totalmente disponibles para ser la referencia en el ataque de los bilbaínos.