Han cambiado mucho las cosas desde que hace varias semanas el Sevilla ganase al Leicester por dos goles a uno en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones. Los andaluces, por ejemplo, han encadenado dos tropiezos consecutivos en la competición doméstica, lo que les ha valido para alejarse del Real Madrid, líder de la competición. Los de Jorge Sampaoli atraviesan problemas de juego y su fútbol ha sido espeso y poco intenso en las últimas fechas. El equipo necesita a hombres clave como Nasri, Franco Vázquez, Ben Yedder o Vitolo, quienes han bajado el nivel últimamente. Por suerte, otros futbolistas como N´Zonzi o Jovetic mantienen al equipo arriba y tirarán del carro en tierras inglesas este martes si es preciso.
A los británicos, por su parte, no les han ido mucho mejor las cosas. Tras el partido de ida Claudio Ranieri fue destituido, lo que ha traído consigo un torrente de críticas ya que el italiano fue el artífice de la mayor machada futbolística del presente siglo. Los foxes ganaron la Premier League de forma inaudita bajo su batuta y ahora todo parece olvidado. Shakespeare, entrenador interino, será el encargado ahora de intentar que los suyos sigan haciendo historia, consiguiendo el pase a cuartos de final de la máxima competición continental. Para ello, ha apostado por mantener una línea continuista respecto a Ranieri, aunque es cierto que también ha conseguido limar asperezas en un vestuario en el que el hartazgo y las discusiones fuera de tono eran una constante. Hombres como Vardy, Okazaki, Mahrez u Albrigton son capaces de dar la vuelta a la eliminatoria y saben que un con uno a cero el pase estará asegurado, por lo que la intención de los de Gran Bretaña es marcar pronto y replegarse atrás como solo ellos saben hacer.