Sigue Las Palmas su transcurso irregular esta temporada, siendo incapaz de encadenar dos victorias consecutivas desde que allá por el mes de octubre del año pasado consiguiese hacerse con el liderato de la Primera división, ante la estupefacción de medio continente. Sin embargo, desde entonces los de Quique Setién han sido incapaces de mantener la consistencia y el mejor ejemplo es que solo han ganado un encuentro lejos del Insular de Grancanaria en todo el año. Por suerte, este viernes los isleños jugarán de nuevo ante su gente, donde suelen cosechar buenos resultados.
Frente al Villarreal, por tanto, parece seguro que los amarillos mantendrán la posesión de la pelota, buscando lanzar ataques que puedan aprovechar en punta Jesé, Boateng, Halilovic o Jonathan Viera, los cuatro jinetes del apocalipsis del club insular. Y digo bien al señalar su carácter apocalíptico ya que siembran el pánico entre las defensas rivales pero también en sus propias filas debido a su nulo compromiso defensivo, algo que trae de cabeza a Setién, hombre partidario de que el equipo ataque y defienda siempre de forma conjunta.
Los castellonenses, por tanto, adoptarán su estilo de juego más conservador sabedores de que los contraataques pueden ser demoledores ante un equipo con tantas dificultades en las transiciones defensivas como son los canarios. Los de Fran Escriba, además, se encuentran en su mejor momento de forma de la temporada y han conseguido igualar en puntos a la Real Sociedad, equipo revelación este año que parecía haberle comido la tostada a los de La Plana. Ahora el objetivo es dar caza al Atlético y hacerse con la cuarta plaza, repitiendo así la exitosa posición de la temporada pasada. Hombres como Soldado, Bakambu, Soriano o Samu Castillejo han demostrado que encajan a la perfección y que se entienden de forma muy peligrosa para los conjuntos rivales puesto que el gol puede llegar por parte de cualquier de ellos.