Derbi de la zona occidental andaluza entre dos equipos que llegan a la recta final del campeonato con objetivos dispares. Mientras que el Málaga, con la salvación en el bolsillo, busca acabar el torneo en una zona cómoda, el Granada pelea contrarreloj y apenas sin opciones para escapar de las garras de la Segunda división.
Han cambiado ambos conjuntos hasta en tres ocasiones de entrenador esta temporada, pero solo hay que mirar la tabla para darse cuenta de que el último técnico no ha sentado igual de bien a granadinos y malagueños. Llegó Michel a la Costa del Sol y cambió todo en el equipo, iniciando una buena racha, sembrando buen juego y apostando por los jóvenes valores del equipo, aquellos que deben sustentar al club en las próximas temporadas. Tony Adams, en cambio, ha sido incapaz de voltear la situación en el conjunto nazarí. El inglés, sin experiencia como entrenador y poco conocedor de la idiosincrasia del club, se vio capaz de salvar al equipo con su discurso brusco y épico. Sin embargo, a estos niveles los conocimientos tácticos son imprescindibles y el ex central del Arsenal parece muy limitado en ese aspecto, al menos como entrenador. Desde la destitución de Lucas Alcaraz el equipo ha perdido los dos partidos que ha disputado, encajando cinco goles y siendo incapaz de ver puerta. Además, hombres de calidad como Boga han contado con pocos minutos, hecho inentendible teniendo en cuenta la vulgaridad técnica que reina en la disciplina granadina.
Así las cosas, los de la ciudad de la Alhambra intentarán mantener la posesión de la pelota, básicamente para evitar sufrir en defensa. La fragilidad de la zaga le ha costado muchos puntos al equipo y de cara a la temporada que viene, sea en Primera o en Segunda, será necesario que la directiva regenere esa zona por completo ya que su actuación se traduce en casi dos goles encajados por partido, estadística demoledora que lastraría las opciones de cualquier club.