Valencia y Sporting son dos equipos que han tocado fondo esta temporada y que sin embargo siguen sin tener muy claro si hay un piso más abajo en el sótano de su fracaso. Ambos equipos son conscientes de que lo peor puede estar por llegar y las hinchadas gijonesa y valenciana afrontan lo que resta de temporada con más pesimismo que alegría ya que las perspectivas no son precisamente buenas.
Los asturianos cayeron el pasado fin de semana frente al Deportivo de la Coruña en un encuentro trascendental para el devenir de los acontecimientos en la parte baja de la clasificación. Los de Rubi tenían una oportunidad de oro para acercarse a la salvación que sin embargo dejaron marchar, por lo que ahora son antepenúltimos a cinco puntos de la zona segura. No quedan, por tanto, muchas oportunidades para redirigir el rumbo y cada partido es una cuenta atrás, por lo que los norteños deben buscar la victoria en Mestalla, estadio en el que el año pasado ya lograron una victoria importantísima para evitar el descenso, con Abelardo como entrenador por aquel entonces.
El conjunto che, por su parte, se encuentra bastante mejor clasificado que su rival y la zona de descenso queda a diez puntos de distancia. Sin embargo, por historia, plantilla y expectativas, el equipo del murciélago vive inmerso en una depresión mayor si cabe que la de su próximo rival puesto que la primera vuelta fue un absoluto despropósito que no se puede volver a repetir. Y de hecho, con Voro, tercer entrenador del equipo esta campaña, el juego ha mejorado, los delanteros son más incisivos y la defensa se mantiene firme. El problema, no obstante, sigue siendo la falta de intensidad y la ausencia de una tensión competitiva, algo que se apreció el pasado fin de semana contra el Atlético de tal forma que hasta el propio club en su web criticó la dejadez de hombres como Cancelo o Bakkali.