Duras críticas las que está recibiendo Rubi en estos días tras la goleada recibida el pasado miércoles por parte del Barcelona en el Camp Nou. Nadie pide al técnico del club asturiano ganar a los culés, es cierto, sin embargo sí que se exige a un club con la historia del Sporting plantar cara y apurar las opciones de dar la campanada. Los de Mareo saltaron al césped de la ciudad condal con un once lleno de suplentes, pensando más en el partido de este sábado que en otra cosa, por lo que el resultado de seis goles a uno era previsible y esperado.
Rubi se defiende argumentando que los blaguranas no están en la liga de los gijoneses y que ganar al Deportivo de la Coruña este domingo en El Molinón es de obligado cumplimiento para seguir peleando por la salvación. Y no le falta razón al técnico catalán, el problema es que a los suyos se les acaba el tiempo y que actualmente son segundos en la tabla, superados incluso por el Granada, club al que hasta hace poco aventajaban en nada más y nada menos que seis puntos.
Los gallegos, por su parte, se están metiendo en un hoyo del que les puede costar mucho salir ya que nunca suelen acabar bien cuando el descenso acecha. Históricamente los de Riazor son un equipo acostumbrado a pelear por objetivos más ambiciosos y por ello las peleas por el descenso no les son gratas ni tampoco navegan bien a través de ellas. Pepe Mel, en cambio, sí que está habituado a este tipo de contextos y por eso puede ser el entrenador ideal para sacar a los blanquiazules de la situación en la que se han metido poco a poco. El ex técnico del Betis espera sacar lo máximo de jugadores infrautilizados hasta ahora como Ola John, Joselu y Kakuta, de tal forma que todos se sientan importantes y remen juntos en dirección a la permanencia.