Partido con olor a Primera división que no llega en buen momento para ninguno de los dos contrincantes. El Zaragoza, por ejemplo, comenzó la temporada con unas expectativas totalmente diferentes a la realidad que vive hoy en día, y es confiaba en pelear como mínimo por los puestos de playoff de ascenso, por calidad, por profundidad de plantilla, por inversión económica y por historia. Nada más lejos de la realidad, actualmente los maños se ven pugnando por la salvación en la zona baja de la tabla, agarrotados y con una presión enorme sobre sus hombros puesto que un descenso a Segunda B supondría una hecatombe de dimensiones siderales.
Los aragoneses se encuentran algo más desahogados en la tabla que sus rivales directos, es cierto, sin embargo esos cuatro puntos que los separan de la zona roja no son suficientes como para asegurar la tranquilidad y la paciencia de la afición de La Romareda. La hinchada está harta de los tropiezos de los suyos y dio por perdida hace mucho tiempo la batalla por alcanzar los playoffs. Ahora se conforma con deambular tranquilamente por tierra de nadie en la tabla hasta final de temporada y evitar derrotas sonrojantes como la vivida el pasado fin de semana frente al Nastic.
El Numancia, por su parte, llega al derbi del Moncayo tras recibir una sonora goleada en casa el pasado fin de semana, cayendo por cero goles a tres frente al Cádiz. Los de Jagoba Arrasate comienzan a desinflarse tras cuajar casi tres meses de juego y resultados extraordinarios, sin embargo lo bueno dura poco y ahora los sorianos deben lidiar con una pequeña crisis en su fútbol que pondrá a prueba sus opciones reales de alcanzar los playoffs de ascenso. Seis puntos separan al conjunto numantino de su objetivo, por lo que ganar frente a los zaragocistas es obligatorio, algo que ya hicieron en la ida en Los Pajaritos y que esperan repetir ahora.