Viven Nástic y Alcorcón en un estado de calma virulenta ya que ambos llegan a este encuentro tras perder su último partido, a pesar de que hasta entonces mantenían una dinámica positiva que les acercaba a su objetivo. Sin embargo, lo que resta hasta final de temporada no será fácil para ninguno de los dos ya que la inconsistencia parece haberse instalado en ambas plantillas.
El caso más grave, no cabe duda, es el de los tarraconenses. El equipo que dirige Juan Merino sigue instalado en el último puesto de la clasificación, lugar en el que ha pasado gran parte de la temporada. La marcha de Vicente Moreno y las llegadas de Emana y del propio Merino, no obstante, parecían haber solucionado muchos de los problema que presentaba el club catalán. El problema es que la afición, tras la gran temporada vivida el año pasado, confía en que se produzca una rápida recuperación, pero en Segunda división nada sucede a gran velocidad, ni lo malo ni lo bueno, y por ello es preciso tener paciencia y confiar en sumar los tres puntos este sábado frente a los madrileños. Es cierto que la salvación queda ya a cinco puntos y que las jornadas pasan, sin embargo es pronto para perder la esperanza.
Los de Julio Velázquez, por su parte, están acusando ahora quizá los excesos realizados en la Copa del Rey, competición en la que el equipo alcanzó los cuartos de final. Estos hitos siempre relanzan la moral de los futbolistas sin embargo pueden pasar factura ya que en un torneo tan largo como la Segunda cualquier esfuerzo de más se acusa a lo largo de la temporada. Aun así, el equipo sigue viendo puerta con facilidad, algo que no sucedía en la primera vuelta, y de hecho Kadir, David Rodríguez u Óscar Plano se están entendiendo a la perfección en ataque, sobre todo cuando Ivi se une a ellos y desequilibra por banda.