No es el Eibar el rival más propicio al que el Real Madrid podría enfrentarse después de perder el liderato el pasado miércoles en el Santiago Bernabeu. Los blancos jugaron un partido trepidante cargado de espectáculo en el que pudieron encajar cinco goles y marcar otros cinco. Finalmente el resultado fue de tres a tres y significó que por primera vez en meses, los merengues dejaban de comandar la clasificación. Los de Zinedine Zidane, no obstante, tienen un partido pendiente todavía y dependen de sí mismos para hacerse con el título, pero para ello es obligatorio ganar en Ipurua, campo estrecho y hostil en el que los de Concha Espina siempre sufren.
El equipo viajará además sin Gareth Bale, sancionado tras su absurda expulsión contra Las Palmas, por lo que es previsible que Lucas Vázquez vuelva al once, al igual que un Casemiro al que el equipo echó en falta en el último encuentro. El brasileño es un auténtico apagafuegos que resulta imprescindible cuando los partidos se convierten en correcalles, como era previsible que iba a suceder contra los canarios. Lo cierto es que Zidane está llegando tarde a algunas decisiones tácticas bastante claras que están costando muy caras a los suyos, por lo que debe pensar bien qué sistema y qué hombres emplear este sábado si no quiere que la crisis y las críticas salvajes den comienzo antes de tiempo.
Los vascos, por su parte, llegan a este encuentro en un momento de forma extraordinario tras empatar frente a la Real Sociedad, equipo revelación de la temporada. Los de Mendilibar, además, suelen golear a sus rivales cuando ganan y no muestran piedad en ataque, algo que podría poner en serios apuros al equipo blanco. Pedro León, hombre que se ha reencontrado consigo mismo ofreciendo su mejor versión, volverá a enfrentarse a su pasado y espera dejar una huella en el imaginario de los aficionados madridistas que no pudieron verlo triunfar en el club del Paseo de la Castellana.