Perdió el Celta toda opción de alcanzar la final de Copa del Rey la semana pasada, tras caer en el último minuto contra el Alavés. Se trata de un sueño frustrado que Eduardo Berizzo buscó anteponiendo dicha competición al resto. Sin embargo, las cosas no salieron como es debido por lo que la Europa League y la Liga vuelven a ser una prioridad para el conjunto gallego. Los vigueses, además, afrontan los dieciseisavos de final del torneo continental con ilusión y con ganar de resarcirse haciendo un buen papel ante los ojos del continente, y para ello es necesario conseguir ventaja de cara al duro partido de vuelta en tierras ucranianas.
Las rotaciones, eso sí, se han acabado para el conjunto celeste y de aquí a final de temporada serán los titulares los encargados de dejar al equipo en buen lugar. Y es que el papel de los suplentes nunca ha convencido al técnico argentino, hombre poco dado a hacer sentir importantes a los hombres que suelen ocupar el banquillo. De este modo, Bongonda, Aspas y Wass volverán a ocupar posiciones ofensivas mientras que en el medio Radoja guardará sus espaldas bien resguardado por Díaz y el Tucu Hernández en posiciones interiores. Por lo demás, la defensa deberá calmar sus ardientes ánimos ya que tanto Roncaglia como Cabral, efusivos zagueros que hacen honor al fútbol sudamericano, suelen precipitarse y podrían romper la eliminatoria a favor del conjunto rival.
El club ucraniano, además, cuenta con enorme calidad arriba gracias al gran número de jugadores brasileños que componen su plantel. Hombres como Marlos, Dentinho, Bernard, Facundo Ferreyra o Taison son muy desequilibrantes y buscarán las cosquillas al conjunto español, todos ellos bien liderados por un gran Kovalenko en el medio, jugador que representa las principales esperanzas del fútbol ucraniano dado que Konoplyanka y Yarmolenko atraviesan una cuesta abajo preocupante.