Pelean Athletic y Espanyol por una plaza en la Europa League la próxima temporada, objetivo que parecía harto complicado hace apenas un mes y que ahora, tras varios tropiezos de Villarreal y Real Sociedad, se ha convertido en algo factible.
Los bilbaínos, sin ir más lejos, dieron un fuerte puñetazo sobre la mesa el pasado fin de semana ganando en El Sadar y colocándose a solo un punto de la sexta plaza. Tras una temporada plagada de resultados irregulares, los de Ernesto Valverde parecen haberse centrado al fin y de hecho han ganado tres de los últimos cuatro encuentros, cayendo tan solo frente al Real Madrid. Además, Aduriz e Iñaki Williams han recuperado su mejor versión y vuelven a ver puerta, algo que sin duda ayudará al conjunto rojiblanco a jugar torneo continental la próxima campaña.
El combinado perico, por su parte, encadena tres partidos seguidos sin perder y ha sumado siete de los últimos nueve puntos en juego. Quique Sánchez-Flores está ha dado un vuelco a la situación que los catalanes vivían desde hace casi una década, librándose del descenso casi siempre en las últimas jornadas. Este año, en cambio, el equipo pugna por estar entre los mejores y la satisfacción de afición y directiva con el nuevo técnico es máxima. Falta, no obstante, la guinda del pastel, que llegaría si los blanquiazules logran asaltar San Mamés. Un resultado positivo en La Catedral les colocaría más cerca de los seis primeros y sobre todo les permitiría rondar la séptima plaza, que este año podría dar acceso a la Europa League en caso de que el Barcelona se imponga al Alavés en la final de la Copa del Rey. Para ello, los barceloneses cuentan con sus hombres importantes en plena forma, véase Jurado, Javi Fuego, Gerard Moreno o Piatti. Por último, Leo Baptistao vuelve a una convocatoria tras meses alejado de los terrenos de juego por lesión, de modo que todo parece ser buenas noticias para los visitantes.