Visita a priori complicada la del Barcelona este fin de semana, y es que jugar en el Insular de Gran Canaria nunca es sencillo. Las Palmas solo ha perdido tres encuentros en casa y afronta este encuentro con rabia enlatada después de perder cuatro de los últimos cinco partidos disputados. El conjunto isleño atraviesa una mala racha que parece no tener fin y que le ha hecho encajar nada más y nada menos que catorce tantos en esos cinco encuentros.
Lo cierto es que la situación en el equipo canario es dramática y desde que Quique Setién anunció que no seguiría, todo se ha descontrolado. Indisciplina en los jugadores, pasividad y falta de compromiso por parte del cuerpo técnico, fichajes invernales que han resultado ser un chasco… el combinado amarillo, de hecho, habría peleado por no descender en caso de que los equipos de la zona baja hubiesen alcanzado un nivel de puntuación que se mantuviese dentro de la media de los últimos años. Aun así, la plantilla no quiere despedirse de su gente con un mal sabor de boca y ante los catalanes lo darán todo. Especialmente motivado debe estar Jesé, jugador que no ha rendido al nivel esperado pero que se confiesa madridista, por lo que querrá amargar la noche a los de Luis Enrique.
Los culés viajan a la isla sin lateral derecho pero con toda su artillería, en busca de una victoria rápida, con goles en los primeros minutos, que sirva para meter presión al Real Madrid en su partido contra el Sevilla. Los barceloneses no se pueden permitir el más mínimo tropiezo si quieren mantener sus opciones de hacerse con el título de Liga, por lo que Messi volverá a comandar el ataque frente a la tercera defensa más goleada del campeonato, aunque en casa es cierto que no encaja tanto.