Corren malos tiempos para Zaragoza y Sevilla Atlético, equipos que se mantienen en tierra de nadie en mitad de la tabla pero que no dejan de mirar con miedo y preocupación a la zona de descenso, la cual se sitúa a escasos seis puntos de diferencia.
Ambos clubes comenzaron la temporada con una dinámica positiva, aspirando a estar en la parte alta de la clasificación e ilusionando a sus respectivas aficiones con un fútbol atractivo, directo y efectivo. Con el paso de las jornadas, sin embargo, los dos equipos han ido de más a menos y ahora afrontan el tramo final de la competición sin opciones de alcanzar los puestos de playoff de ascenso y con la obligación de seguir dándolo todo sobre el césped para evitar sustos de última hora.
La situación de los andaluces es especialmente llamativa ya que suman ocho partidos consecutivos sin ganar. Los hispalenses comenzaron la campaña encadenando victorias que llegaban casi sin querer, ganando por la mínima, consiguiendo goles en los últimos minutos o marcando a balón parado y de forma aislada, pero logrando victorias de forma continuada. Desde hace dos meses, no obstante, la dinámica del equipo ha variado y de hecho desde que Borja Lasso se lesionó nada ha vuelto a ser igual en el seno del filial sevillista. El equipo echa de menos a un hombre que lidere y que tire del carro y solo la electricidad de Ivi está salvando los muebles a la hora de sumar algún que otro empate. Perder este fin de semana, sin embargo, no puede ser una opción ya que los maños son un rival directo y se alejarían de la zona peligrosa, metiendo de lleno en la pelea por la permanencia a los de Nervión. Los aragoneses, no obstante, vienen de perder el pasado fin de semana frente al Córdoba y el puesto de Raúl Agne corre serio peligro, por lo que la presión pesará sobre la espalda de los de La Romareda.