Nueva temporada de Europa League para el Villarreal, equipo que acumula casi una década de experiencia en la competición, salvo la pausa que vivió con su descenso a segunda, y confía en hacer valer su oficio de una vez por todas, encontrando por fin algo de fortuna en los cruces de octavos y cuartos de final en los que se viene atascando últimamente.
Pero antes es preciso superar la fase de grupos, parte de la competición en la que los castellonenses suelen tropezarse, sobre todo en los primeros partidos. A los amarillos les cuesta adaptarse a jugar entre semana y difícilmente muestran su poderío en el primer partido de Europa League. Aunque lo cierto es que este año los de La Plana ni siquiera están consiguiendo ser superiores en la competición doméstica. Tras cosechar dos derrotas en los dos primeros partidos de Liga, Fran Escriba comenzó a escuchar pitidos de su propia afición cuando el Betis puso el 0-1 en el marcador en El Madrigal el pasado fin de semana. Sin embargo, el submarino amarillo supo rehacerse y remontar, consiguiendo la primera victoria.
Y es que desde el primer momento a la afición le costó trabajo aceptar a Escriba como técnico, principalmente por la gran huella que dejó Marcelino en el club y por su drástica marcha. Aun así, el ex entrenador de Elche y Getafe busca hacer una buena temporada que convenza a todos y le permita vivir una próspera etapa al frente del equipo. Mimbres tiene de sobra ya que jugadores como Bacca, Bakambu, Castillejo o Trigueron dan para hacer un buen papel en todos los torneos que afronta el club amarillo esta temporada. Además, el Astana, primer rival en la Europa League, es un equipo bastante débil que aunque luchará cada balón como si fuese el último, no debería dar muchos problemas al conjunto español. Eso sí, el partido en Kazajistán implica un largo viaje y por ello es preciso llenar el zurrón de puntos ahora para prevenir ante posibles tropiezos en el futuro.