Son Las Palmas y Betis dos equipos sin rumbo fijo que llevan toda la temporada nadando a contracorriente y que no parecen tener muy claro qué papel asumirán el próximo año en Primera división. Porque eso es lo único que parece seguro, que canarios y sevillanos se mantendrán una campaña más en la élite del fútbol español a pesar de las muchas dudas que han mostrado en su juego hasta ahora. A ambos les beneficia que la salvación salga tan barata este año, ya que en el caso de que Sporting y Granada hubiesen aumentado su ritmo de puntuación, los dos estarían ahora mismo en apuros por salvar la categoría.
En cualquier caso, no hay que restar méritos a unos y otros ya que han hecho los deberes y eso es lo que importa. El conjunto bético, por ejemplo, se planteaba rondar los puestos europeos a comienzos de temporada, sin embargo tras la pronta destitución de Gustavo Poyet el objetivo cambió y la permanencia se convirtió en la principal motivación. Víctor Sánchez del Amo ha conseguido dicha meta pero no ha convencido a la grada, que ve cómo su equipo compite pero sin transmitir absolutamente nada en su juego. El Benito Villamarín es un estadio muy exigente y eso es lo que hace pensar que en unos meses tendrá lugar un nuevo cambio de entrenador.
Eso mismo sucederá en el club canario, en el que ya se ha confirmado que Quique Setién no seguirá al mando. El técnico santanderino ha tenido multitud de problemas con muchos de los jugadores de la plantilla a lo largo de la presente temporada y de hecho la directiva se ha llegado a plantear su destitución durante esta semana dado que los resultados están siendo muy negativos. Aun así, los isleños cuentan con margen de maniobra y con jugadores de calidad suficiente como para dar alguna alegría más a su afición.