Durante años los aficionados del Real Madrid han vivido con miedo a que sus mejores jugadores se lesionasen. La directiva blanca nunca ha sido capaz de conformar una plantilla completa, compensada y competitiva con dos jugadores por posición en la que la lucha por ser titular fuese real. Esta temporada, sin embargo, las cosas cambiaron de forma considerable y Zinedine Zidane recuperó a varios jugadores como Asensio o Morata que han aportado un plus de calidad al club blanco. Lo mismo sucedió hace ya dos temporadas con el fichaje de Kovacic. Las lesiones de Luka Modric afectaron al equipo sobremanera la temporada anterior, por lo que Florentino Pérez decidió realizar un esfuerzo económico importante para incorporar a uno de los jóvenes centrocampistas con más proyección del continente europeo.
La primera temporada del joven croata, sin embargo, fue dura y apenas pudo demostrar su calidad. Presionado por el precio de su traspaso, por la impaciencia de la grada y por la adaptación a un nuevo país y un nuevo idioma, Kovacic no dio la talla cuando tuvo la oportunidad y se vio relegado al banquillo superado incluso por Isco y James, que jugaron en una posición que debía ser de su propiedad cuando Kroos o Modric no estuvieran. El ex jugador del Inter de Milán, sin embargo, ha sabido ser paciente y humilde, trabajando todo el verano con ganas y mucha fuerza para llegar en plena forma al inicio de temporada. Y así ha sido, el joven croata ha suplido la desgraciada lesión de Modric de forma acertada, sosteniendo el mediocampo, apoyando a Kroos en tareas creativas e incorporándose al ataque con acierto, como demostró frente al Legia de Varsovia hace apenas una semana. Kovacic cuenta con características físicas y técnicas impresionantes como para llegar a ser titular en el Real Madrid sin tener que esperar a que se produzcan lesiones, y si en los próximos años matizo algunos defectos como la precipitación o la falta de disciplina táctica, muy comprensible a su edad, pronto se convertirá en uno de los ídolos de la afición.