Tiene el Barcelona una nueva cita con la historia este fin de semana en el Camp Nou. Una vez más los catalanes cayeron goleados en la ida a domicilio y de nuevo deberán remontar de forma nunca vista si quieren acceder a la siguiente eliminatoria de Liga de Campeones. La afición, la directiva, los medios de comunicación, los jugadores, el cuerpo técnico… todos han enviado mensajes de optimismo y positividad de cara al choque de este miércoles, sin embargo en esta ocasión nadie es ajeno a que repetir la machada vivida contra el PSG será harto complicado frente a un equipo tan trabajado como la Juventus.

Y es que los italianos, aunque suelen priorizar el ataque a la defensa, saben replegarse y jugar a la expectativa cuando lo necesitan. Hombres como Chiellini, Bonucci, Marchisio, Buffon, Khedira o Dani Alves en ningún momento se amilanarán a la hora de contener a los atacantes blaugranas, como les sucedió a hombres con menos redaños y sin experiencia en partidos de primerísimo nivel como Kurzawa, Marquinhos, Meunier o Trapp. Los transalpinos, además, llegarán con la lección aprendida y saben que para no sufrir deben asumir algún que otro riesgo y buscar la posesión de la pelota ya que los de Luis Enrique suelen ser débiles atrás. En partidos como este en los que los locales se lanzarán al ataque desde el minuto uno los huecos dejados por Umtiti o Pique serán considerables. Es por ello que Massimo Allegri debería mantener a sus hombres clave en fase ofensiva, para no desperdiciar sus ocasiones, atemorizar a su rival y zanjar la eliminatoria cuanto antes. Falta por saber, eso sí, si Paulo Dybala, estrella en la ida, será capaz de superar sus dolencia físicas.

En los españoles es posible que el técnico asturiano repita el 3-4-3 de la ida pero con la novedad de Jordi Alba por Mathieu, de tal forma que el lateral juegue como central por el flanco izquierdo, asumiendo riesgos pero siendo un peligro en ataque. Por lo demás, Sergio Busquets volverá al once y ordenará una zona que suele ser caótica para los intereses culés.

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Son Atlético de Madrid y Barcelona dos equipos heridos actualmente. Tanto los madrileños como los barceloneses llegan a las semifinales de la Copa del Rey tras cosechar un empate en Liga que les aleja peligrosamente del Real Madrid, líder en la clasificación. Colchoneros y culés comienzan a barajar la posibilidad de que los blancos ganen la competición antes de tiempo y por ello se obligan a centrarse en el torneo del KO, el cual podría maquillar una temporada que no pinta demasiado bien para ninguno de los dos.

Luis Enrique, de hecho, ya rotó de forma apreciable contra el Betis en el Benito Villamarín el pasado domingo. El técnico asturiano dio descanso a hombres como Sergi Roberto, Jordi Alba o Umtiti, que llegarán en perfectas condiciones a este trascendental encuentro. Y es que los rojiblancos siempre han complicado sobremanera al conjunto catalán, tanto en Liga como en Liga de Campeones, competición en la que han sido eliminados por los de Simeone en más de una ocasión. Así las cosas, los blaugranas deben intentar disipar cualquier atisbo de duda marcando pronto en el Vicente Calderón y dejando que los nervios se instalen en la zaga del club del Manzanares. La fiabilidad defensiva y la fortaleza en el medio del campo, aspectos clave en temporadas anteriores para los atléticos, parecen haber desaparecido y eso es lo que deben aprovechar los culés para ponerse por delante en la eliminatoria desde el principio.

Los madrileños, sin embargo, suelen funcionar bien cuando se encuentran en una situación difícil, y de hecho actualmente atraviesan la peor de las rachas posibles. La solidez se ha esfumado, Oblak sigue lesionado, Gamerio y Griezmann no aparecen y Carrasco comienza a faltar el respeto a las decisiones de su entrenador. Sin embargo, hasta el rabo todo es toro y a este equipo le queda aún mucha raza, pundonor y dolores de cabeza que ofrecer, tanto a los rivales como a su propia afición.