El partido más importante del planeta suele ser también a menudo el más impredecible. Sobre todo cuando, como en este caso, uno de los dos contrincantes llega herido a la trascendental fecha. El Barcelona aún se lame las heridas tras la eliminación de Liga de Campeones contra la Juventus y ahora debe centrarse en la competición doméstica para salvar la temporada. El problema es que el Real Madrid atraviesa un gran momento de forma y además se conforma con el empate, por lo que la situación no pinta nada bien para los culés. Y es por eso, precisamente, por lo que podrían cuajar una actuación histórica.

Los de Luis Enrique nunca hacen tanto daño como cuando parecen vencidos, pues el rival baja la guardia y Messi y Luis Suárez pueden hacer de las suyas, no Neymar en este caso, que será baja por sanción. Por ello, el técnico asturiano planteará un partido con una posesión tranquila de la pelota para desquiciar y cansar a los blancos, con el objetivo de lanzar un picotazo mortal que abra el marcador y haga dudar al conjunto del Santiago Bernabéu. El problema será la defensa blaugrana, la cual recibe demasiados goles y comete multitud de fallos, algo que deben aprovechar los atacantes merengues. Para contrarrestarlo, es posible que Luis Enrique vuelva al 4-3-3 y se deje de experimentos, con Jordi Alba siendo profundo por banda izquierda. Para sustituir a Neymar las opciones son varias pero Paco Alcacer podría ser la mejor opción ya que llega con hambre y ganas de demostrar su valía, fijando además a Ramos y Nacho en defensa.

En el cuadro madridista el once parece claro a la espera de que Gareth Bale se recupere totalmente de sus molestias musculares. Por lo demás, el cuerpo técnico confía en que los blancos no acusen el esfuerzo de haber disputado la prórroga frente al Bayern de Munich el pasado martes, y también buscarán aprovechar el excelente momento de forma que atraviesan Isco y Asensio, hombres que podrían tener minutos en este trascendental choque.

Ganó Las Palmas un punto y ganó también en fútbol y en moral el pasado miércoles contra el Real Madrid, ofreciendo su mejor y su peor versión pero demostrando que son capaces de ganar a cualquier rival gracias a la enorme calidad de la que disponen. Hombres como Boateng, Jesé, Halilovic o Jonathan Viera cuentan con talento a raudales y pueden hacer un roto a cualquier equipo, incluido a los de Zinedine Zidane.

Les está faltando, eso sí, dos cosas a los canarios. La primera de ellas es fiabilidad defensiva, una constante esta temporada ya que ni Lemos, ni David García, ni Aythami cuentan con la contundencia necesaria como para frenar a los delanteros rivales con facilidad. Solo Pedro Bigas parece capaz de dar la talla y además la falta de solidaridad por parte de los cracks del club amarillo no ayuda en absoluto en esta misión. La segunda carencia de los de Quique Setién es la falta de un nueve que sea capaz de remachar las muchas ocasiones que los mediapuntas del club insular crean sin parar. Livaja ha demostrado que no posee olfato de gol suficiente y solo Expósito, de la cantera, parece tener opciones de asumir esa función en un futuro cercano.

El Osasuna, por tanto, debe intentar explotar esos puntos débiles del rival para comenzar a sumar de tres en tres y apurar sus últimas opciones de pelear por la salvación. El equipo rojillo solo ha ganado un encuentro en lo que llevamos de temporada, balance intolerable a falta de menos de quince partidos para el fin de la competición. Sin embargo, la irregularidad de los conjuntos rivales permite seguir soñando a los navarros, que con una victoria se situarían a seis puntos de la salvación. El equipo cuenta además con calidad arriba gracias a Sergio León o Roberto Torres, por lo que es preciso afinar en defensa para contar con opciones.