Son Córdoba y Zaragoza dos grandes clubes en horas bajas, que hace poco se veían en Primera división compitiendo contra los más grandes y que ahora en cambio se ven obligados a dejarse la piel en campos de Segunda para evitar un descenso a la categoría de bronce que sería fatal para su futuro a corto plazo. Ambos equipos, además, se verán las caras este fin de semana en un partido que podría condenar a unos y permitir respirar a otros, en función del resultado final.

Los maños vienen de ganar al Numancia en el derbi del Moncayo por tres goles a cero, resultado que les ha permitido tomar algo de aire. Sin embargo, la depresión que se vivió en la ciudad cuando se dieron por perdidos los playoffs de ascenso afectaron al juego de los de Raúl Agne, hundiéndolos aun más en la clasificación. Esta es la situación que el ex entrenador de Girona o Tenerife espera revertir y la goleada del pasado fin de semana fue un bálsamo para luchar por acabar la competición en los puestos tranquilos de la tabla.

Los cordobeses, por su parte, volvieron a caer derrotas y Luis Carrión afronta una vez más una bola de partido ya que en función del resultado de este sábado seguirá al frente del equipo o bien será destituido. El club blanquiverde se sitúa a un solo punto de la zona de descenso y la junta directiva sabe que la presión puede tumbar a sus jugadores en caso de verse en un contexto similar a falta de pocas jornadas para el final de la competición. Es imprescindible, por tanto, llenar el zurrón de puntos ahora para contar con un margen de maniobra considerable y evitar males mayores más adelante. Hombres como Rodri, Pedro Ríos, Juli o Aguza deben dar un pase adelante en busca del objetivo, que a pesar de las altas expectativas iniciales, no es otro que salvar la categoría.

El duelo estrella de la jornada es el que se vivirá en el Vicente Calderón entre Atlético y Sevilla, dos equipos llamados a pelear la hegemonía de Real Madrid y Barcelona en las próximas temporadas. Madrileños y andaluces son cuartos y terceros en la tabla, respectivamente, a cinco puntos de distancia, por lo que este encuentro dirimirá cuál de los logra evitar la previa de la Liga de Campeones la próxima campaña.

Los de Jorge Sampaoli afrontan este reto con ventaja en la tabla pero con una caída libre y sin frenos en lo que a su juego respecta que comienza a preocupar a directiva y afición. El equipo lleva dos jornadas consecutivas sin ganar y además ha sufrido una chocante eliminación en Liga de Campeones contra el Leicester, por lo que deberá remontar anímicamente para plantar cara a los colchoneros. Lo positivo para los sevillanos es que ahora podrán centrarse en Liga, defendiendo su tercera plaza e incluso aspirando a algo más, pero para ello es obligatorio ganar en la orilla del Manzanares y solucionar los problemas de creación de juego que están teniendo últimamente. Además, los hispalenses necesitan que sus delanteros resuelvan en fase ofensiva y que sean capaces también de marcar los penaltis, asignatura pendiente del equipo que le ha llevado al fracaso europeo y que podría ser clave en el futuro.

Simeone, por su parte, afronta este partido con aparente tranquilidad tras rotar en la vuelta de Liga de Campeones contra el Bayer Leverkusen y conseguir el pase sin grandes apuros. Los rojiblancos, por tanto, llegarán más descansados a esta cita que su próximo rival y hombres como Gameiro o Gaitán serán de la partida con las piernas frescas y a punto. Sin embargo, los indios necesitan la victoria más urgentemente que su rival ya que en caso de perder no solo se despedirían de la tercera plaza, condicionando la próxima pretemporada, sino que además tendrían que pelear con Villarreal y Real Sociedad por asegurar esa plaza.