Sueñan con todas sus fuerzas Numancia y Cádiz, equipos que a comienzos de temporada en ningún momento se imaginaban verse a estas alturas del año peleando por llegar a Primera división. Ambos conjuntos comenzaron la campaña rondando los puestos de descenso, situación que les hizo despertar y reaccionar de tal forma que actualmente es difícil encontrar dos equipos más en forma, a pesar de sus últimos tropiezos.

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Aguanta estoicamente el club gaditano en la tercera plaza, empatado a puntos con el Tenerife, cuarto, y a una distancia respetable del ascenso directo que marca el Girona. Deberían los de Álvaro Cervero, por tanto, olvidarse de ir hacia arriba y conformarse con el puesto que ocupan actualmente. La cantidad de equipos que llega detrás de ellos es enorme y todos se encuentran en un margen de tres puntos, por lo que ahora más que nunca es sumamente importante mantener la compostura y asegurar cada punto. Deben mejorar además los amarillos en sus desplazamientos ya que lejos del estadio Ramón de Carranza solo han sido capaces de ganar tres encuentros de los doce que han disputado hasta ahora, y ahí puede estar la clave para acabar en playoffs y para cuajar un buen papel en las eliminatorias posteriores.

Los sorianos, por su parte, están muy fuertes en casa y solo han caído en dos partidos ante su gente, lo que les refuerza de cara al encuentro de este sábado. Los numantinos necesitan además puntuar urgentemente tras la derrota del pasado fin de semana ya que el Getafe, sexto clasificado, les saca cuatro puntos y dicha distancia puede convertirse en insalvable en el caso de volver a tropezar. Jagoba Arrasate, que ha conseguir despertar el hambre en sus jugadores, debe adiestrarlos ahora en la búsqueda del temple y la pericia para comportarse de forma adecuada en los últimos encuentros. Morillas, Mateu, Valcarce y Julio Álvarez se encuentran en un estado de forma envidiable y deben ser ellos los que lideren el ataque de los castellanoleoneses.

Después de cuatro partidos invicto volvió a perder el Mallorca, que cae de nuevo a la zona de descenso, la cual lleva rondando de forma ininterrumpida desde hace ya casi dos años. El equipo bermellón es incapaz de encadenar dos victorias consecutivas y eso lastra sus opciones de alcanzar los puestos tranquilos de la clasificación. Ni la destitución de Fernando Vázquez, ni la llegada de Olaizola ni los fichajes llegados en el mercado invernal parecen ser suficientes como para frenar la caída cuesta abajo y sin frenos en la que anda inmerso el conjunto insular.

El caso de los mallorquines parece el de un equipo que hasta no se autodestruya no parará de intentarlo. Siempre al filo de la navaja, los isleños cuentan con calidad de sobra como para superar esta situación y olvidarse de una vez por todas de la Segunda B. Su tridente ofensivo, compuesto por Lago Junior, Brandon Llamas y Lekic es envidiado por el resto de equipos de la categoría y solo es preciso buscar la forma de crear juego y lanzar ataques de forma acertada para que los delanteros decidan los partidos con sus goles. En ello trabaja Olaizola.

El Rayo, por su parte, tomó algo de aire el pasado fin de semana ganando in extremis al Almería, rival en la lucha por el descenso, por un gol a cero. Ahora pupilos del Pipo Baraja se enfrentan  a otro competir directo por la permanencia y de hecho solo tres puntos separan a vallecanos y bermellones en la clasificación. Una victoria sería sin duda la mejor manera de pasar página y olvidar todos los problemas, sobre todo en el caso de los madrileños, que llevan todo el año siendo el centro de atención por diversas polémicas que descentran a los jugadores. La última de ellas, el rechazo de la afición al fichaje de Zozulya, jugador que hubiese venido de maravilla a un equipo que necesita oficio, brega, trabajo y gol.