Volvió a perder el Rayo en la pasada jornada de Liga y la hecatombe llegó al barrio de Vallecas, que ya no aguantó más y propició la destitución de Rubén Baraja. El ex entrenador del Elche es el segundo técnico del que prescinde el club madrileño, que ahora ha apostado por Michel, hombre de la casa, con el fin de evitar que el equipo juegue en Segunda B la próxima campaña. Nadie se esperaba que esta temporada fuese tan dura ya que el equipo procedía de Primera división y contaba con una plantilla de calidad y talento por encima de la media en la categoría de plata del fútbol español. Muchos ahora, sin embargo, piensan que ese fue el fallo, no adecuar el plantel a la dureza de la competición y contar con jugadores habituados a jugar en la élite. Esto provocó revueltas en el vestuario, futbolistas poco dados a la brega y una secuencia de malos resultados que les ha llevado a ocupar puestos de descenso.

La salvación, no obstante, queda a un solo punto y por tanto los de Michel tienen una oportunidad de oro este sábado ante su gente para sumar tres puntos y revertir la situación. El nuevo técnico vallecano tiene como principal misión apaciguar los ánimos entre sus futbolistas para que se centren en dar lo mejor de sí mismos. Puede que esta situación sirva como punto de inflexión y que a partir de ahora las cosas cambien y las victorias comiencen a llegar.

También ha dado un bajón el Reus en esta segunda vuelta y es que los catalanes se han acostumbrado en exceso a empatar y a no arriesgar en sus partidos. El equipo tarraconense suma once empates de veintisiete posibles en lo que va de campaña y ningún otro conjunto de la categoría ha acabado en tablas tantas veces como ellos. Esto, sin embargo, es bueno para un recién ascendido que busca asentarse en Segunda división y que se encuentra todavía lejos de los puestos de peligro.

El partido más importante del planeta suele ser también a menudo el más impredecible. Sobre todo cuando, como en este caso, uno de los dos contrincantes llega herido a la trascendental fecha. El Barcelona aún se lame las heridas tras la eliminación de Liga de Campeones contra la Juventus y ahora debe centrarse en la competición doméstica para salvar la temporada. El problema es que el Real Madrid atraviesa un gran momento de forma y además se conforma con el empate, por lo que la situación no pinta nada bien para los culés. Y es por eso, precisamente, por lo que podrían cuajar una actuación histórica.

Los de Luis Enrique nunca hacen tanto daño como cuando parecen vencidos, pues el rival baja la guardia y Messi y Luis Suárez pueden hacer de las suyas, no Neymar en este caso, que será baja por sanción. Por ello, el técnico asturiano planteará un partido con una posesión tranquila de la pelota para desquiciar y cansar a los blancos, con el objetivo de lanzar un picotazo mortal que abra el marcador y haga dudar al conjunto del Santiago Bernabéu. El problema será la defensa blaugrana, la cual recibe demasiados goles y comete multitud de fallos, algo que deben aprovechar los atacantes merengues. Para contrarrestarlo, es posible que Luis Enrique vuelva al 4-3-3 y se deje de experimentos, con Jordi Alba siendo profundo por banda izquierda. Para sustituir a Neymar las opciones son varias pero Paco Alcacer podría ser la mejor opción ya que llega con hambre y ganas de demostrar su valía, fijando además a Ramos y Nacho en defensa.

En el cuadro madridista el once parece claro a la espera de que Gareth Bale se recupere totalmente de sus molestias musculares. Por lo demás, el cuerpo técnico confía en que los blancos no acusen el esfuerzo de haber disputado la prórroga frente al Bayern de Munich el pasado martes, y también buscarán aprovechar el excelente momento de forma que atraviesan Isco y Asensio, hombres que podrían tener minutos en este trascendental choque.