Resurgió de sus cenizas el Zaragoza el pasado fin de semana goleando al Elche en el estadio Manuel Martínez-Valero por cero goles a tres y alejándose del descenso que amenazaba a los maños. Ahora, la zona peligrosa se sitúa a cinco puntos y los aragoneses cuentan con margen de maniobra suficiente como para rehacerse y acabar la temporada en la parte tranquila de la clasificación. La llegada de César Laínez ha supuesto un golpe de moral para los futbolistas de la entidad de La Romareda, que se encontraban sumamente desmotivados con Raúl Agne pero que han recuperado la alegría y la intensidad en el juego. Hombres clave como Zapater, Cani, Ángel o Lanzarote vuelven a tirar del carro, sobre todo estos dos últimos, que conforman una asociación ofensiva que cuando ha funcionado ha dado muchos puntos al club zaragocista.

El Valladolid, por su parte, busca acabar la temporada de la mejor forma posible tras caer en la última jornada frente al Nastic por un gol a dos en casa. La afición de Pucela se encuentra desilusionada pero resignada con el equipo, que lleva toda la temporada mostrando altibajos, rondando a veces el descenso y otras los puestos de playoff. Ahora, la sexta plaza queda a seis puntos y parece difícil hacer ese último esfuerzo que meta a los de Paco Herrera en la pelea por llegar a Primera división. Hombres como José Arnaiz o Juan Villar permiten soñar todavía con alcanzar dicha meta, sin embargo, la defensa vallisoletana es incapaz de mantener la solidez, no porque encaje muchos goles sino porque dichos tantos suelen llegar en los momentos menos adecuados. Así las cosas, todo lo que no sea ganar en La Romareda significará el punto y final a la temporada de los castellanoleoneses, que saben que su rival aún pelea por la salvación y que deben saltar al campo con la máxima concentración.

Se lo juegan todo Mirandés y Huesca en las próximas jornadas, el primero porque la salvación se sitúa a cuatro puntos de distancia ya, y el segundo porque el playoff de ascenso está más cerca que nunca, a solo un punto de distancia. Así las cosas, burgaleses y oscenses saltarán al campo como si de una final se tratase, y de hecho en este encuentro hay más en juego que en muchas finales.

Y es que si los aragoneses alcanzasen las eliminatorias de ascenso a Primera división vivirían un hito histórico para el humilde club azulgrana. Juan Antonio Anquela ha conseguido que los suyos sueñen con lo máximo y tras encadenar seis partidos seguidos sin perder, el sueño sigue siendo más que factible. Los de la cruz de San Jorge han vivido rachas muy largas esta temporada, positivas y negativas, y ahora se encuentran en un momento muy dulce que deben aprovechar antes de que lleguen las vacas flacas. Hombres como Álvaro Vadillo, Borja Lázaro, Ferreiro o Melero, jóvenes y con mucha hambre, están liderando al equipo en ataque y son capaces de cualquier cosa de aquí al final de la competición. La tarea pendiente de los del Alcoraz, sin embargo, sigue siendo mejorar el rendimiento lejos de casa ya que hasta ahora solo han ganado dos encuentros a domicilio.

Los de Miranda del Ebro, por su parte, necesitan puntuar como sea para no perder el tren de la salvación y abandonar el último puesto de la clasificación. Los de Anduva se encuentran algo perdidos, no solo en la tabla sino también sobre el césped, sobre todo después de que hasta tres entrenadores hayan pasado por el banquillo del club castellanoleonés. En cualquier caso, aún hay tiempo para redirigir el rumbo y jugadores veteranos como Urko Vera deben dar un paso adelante en busca de la consecución del objetivo.